Literal

Cara oculta de la luna literaria, verdadero “lado B” de los 70, Literal emerge de las zonas menos exploradas pero no por ello menos traumáticas de aquel período. Si el inescrutable terror de aquellos años –huelga aclararlo– fue proporcional al grado de politización social de los 60, Literal delata el doble fondo de las “desapariciones” de aquel período. De ningún modo podría considerarse que algunas de las cosas que se interrumpieron con el paréntesis de la dictadura se reanudaron con la restitución democrática. También las sofisticadas tramas de la cultura fueron desarticuladas por el laborioso ardid de los oscurantistas. En ese contexto de descompensación de relojes, Literal comporta un valor significativo para comprender aquellos convulsos años. Pero quizá no sea ese fecundo valor documental que atesoran los magazines la más importante tasa que Literal venga a cotizar con creces a cuatro décadas de su primer número.