Testimonio de Luis Marcelo Bruschtein. Segunda parte / 17 de noviembre 2014

Luis Marcelo Bruschtein Hijo de Santiago Bruschtein y Laura Bonaparte, y hermano de Aída Leonora “Noni” Bruschtein Bonaparte, Irene Mónica Bruschtein Bonaparte y Víctor Rafael Bruschtein Bonaparte. Su padre era doctor en Bioquímica. Fue secuestrado el 11 de junio de 1976 en su domicilio de la ciudad de Buenos Aires. Años después, aparecieron en un archivo policial las fotos de un grupo de cadáveres incendiados en un predio del Club SMATA de Cañuelas, entre las que se reconoce parte de su rostro. Hasta la fecha, permanece desaparecido. Su madre era licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires (UBA), trabajó en el Policlínico Nacional Nº 1, conocido como Policlínico de Lanús, en el que fue responsable de la Sala de Internación de Mujeres. Además, fue integrante de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP). En abril de 1976 tuvo que exilarse en México, donde participó de comités de solidaridad y denuncia por lo que sucedía en Argentina y colaboró con Amnistía Internacional, además de ser observadora en campos de refugiados en El Salvador y en la frontera con Guatemala, durante la guerra en Centroamérica. En 1983, volvió por primera vez al país para participar del descubrimiento de las fosas comunes de NN en el cementerio de Avellaneda, donde se presumía que estaba enterrada Aída Leonora, “Noni”. A su vuelta definitiva a la Argentina en 1985, comenzó a colaborar con el movimiento solidario de Salud Mental y un año después se incorporó a Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Además, participó de un grupo de estudio feminista que organizaba la Asociación de Trabajo y Estudio de la Mujer (ATEM). Falleció el 30 de junio de 2013. Aída Leonora, “Noni”, era estudiante de Ciencias Exactas, maestra alfabetizadora y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Fue asesinada el 24 de diciembre de 1975 en la villa de Monte Chingolo, después de la toma del cuartel de esa localidad por parte de miembros de su organización. Fue enterrada como NN en el Cementerio de Avellaneda y sus restos fueron identificados en septiembre de 2014 por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). Su esposo, Adrián Saidón, también militante del PRT, fue asesinado en la calle, cerca de su domicilio en Avellaneda, el 24 de marzo de 1976. El hijo de ambos, Hugo, fue criado primero por su tía Irene y Mario Ginzberg, y luego en México por su abuela Laura. Irene Mónica era artista plástica y militante del PRT. Fue secuestrada en su departamento el 11 de mayo de 1977 junto a su esposo Mario Ginzberg, maestro mayor de obras, también militante del PRT. Se presume que fueron traslados al Centro Clandestino de Detención (CCD) que funcionaba en Campo de Mayo. Hasta la fecha, ambos permanecen desparecidos. Víctor Rafael era militante del PRT. Fue secuestrado el 19 de mayo de 1977 junto a su compañera Jacinta Levi. No existe información sobre sus pasos por algún CCD. Hasta la fecha, ambos permanecen desaparecidos. Luis es periodista, comenzó su militancia en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) a fines de la década del sesenta, y después continuó en la Confederación General del Trabajo (CGT) de los Argentinos. Ya a comienzos de la década del 70, militó en la Juventud Trabajadora Peronista (JTP), donde fue el responsable de su periódico, y en la organización Montoneros. También participó del Bloque Peronista de Prensa (BPP). Como periodista, entre 1973 y 1975 trabajó en la Agencia Cubana de Noticias Prensa Latina. Comenzó su exilio en octubre de 1975, cuyo primer destino fue Venezuela. En marzo de 1976 se fue a México, donde permaneció hasta mediados de 1977, momento en el se fue a Panamá, donde se quedó hasta fines de 1978, cuando volvió a México. En Panamá, participó de grupos que apoyaron al gobierno del general Omar Torrijos Herrera y los movimientos de insurgencia que se desarrollaban en América Central. En México, trabajó como periodista en la revista Supervivencia, dedicada a temas de ecología, y en el diario La Jornada. Participó de la fundación de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) y fue el jefe de redacción de la revista Ciencia y Desarrollo, perteneciente al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). También integró el Comité de Solidaridad con el Pueblo Argentino (COSPA) y la Comisión Argentina de Solidaridad (CAS). Volvió a la Argentina en 1984 y continuó con su trabajo de periodista en el diario La Razón, para el que coordinó la cobertura del Juicio a las Juntas. En esa época militó en el sindicato de prensa en la agrupación Liberación. Desde 1987 trabaja en el diario Página 12, donde en la actualidad es el subdirector.