El túnel (1948), la primera novela de Ernesto Sabato, inspiró dos películas disímiles entre sí. La primera, argentina, es de 1952 y fue dirigida por León Klimovsky. Durante la preparación del film, el propio Sabato participó como co-guionista. La segunda, de dirección y producción española pero con actores estadounidenses y en lengua inglesa, es de 1988 y fue dirigida por Antonio Drove.
Las diferencias y similitudes entre las tres obras artísticas, una literaria y dos fílmicas, contribuyen a reflexionar sobre la transposición cinematográfica, a partir de la independencia entre una y otra. Revisitar las películas es una vía posible e inexplorada para analizar y acercarse a la obra de Sabato y sus influencias a nivel nacional e internacional durante la segunda mitad del siglo XX.
Entrada libre y gratuita.