Philip Roth (1933-2018)

El escritor falleció en Nueva York a los 85 años.

Con Isaac Bashevis Singer y Saul Bellow, Roth encarna la gran tradición de escritores de origen judío establecidos en Estados Unidos. A diferencia de ellos, nació en Nueva Jersey y siendo el único nativo de los tres, fue el que nunca recibió el Premio Nobel. No obstante, podría decirse que fue el padre de la llamada genéricamente “gran novela americana” –título de una de sus novelas de 1973–, a partir de la segunda mitad del siglo XX, entendiendo por este género a la narrativa de largo aliento que enfoca las peculiaridades de la sociedad estadounidense, sus raíces de origen y la construcción de la sociedad de posguerra a través de cuadros familiares sumamente pormenorizados en sus genealogías y distrofias. Roth renegaba de la caracterización de “escritor judeo-americano”, quizás por rechazar el encasillamiento, pero en la temática de sus libros su origen, sus ancestros y sus costumbres se hallan omnipresentes.

A partir de El lamento de Portnoy, novela emblema de 1969, Philip Roth ingresó en la gran consideración de la crítica y el público, pese a su fallida versión cinematográfica. Pero diez años antes ya había llamado la atención con Goodbye, Columbus. Si existiera algo semejante a la consagración, Roth la alcanza con su trilogía: Pastoral americana (1997), Me casé con un comunista (1998) y La mancha humana (2000). Multipremiado, desde el National Book Award hasta el Príncipe de Asturias, Roth se retiró de la literatura en 2012, dejando una treintena de libros publicados, entre novelas y ensayos.

Imagen: Reuters.